19 julio 2006

1976 - 19 de julio - 2006


El Comandante Mario Roberto Santucho vive. Cayó combatiendo. El Comandante no nos mira desde una estrella ni ascendió a ningún cielo. Está todavía acá, entre las multitudes que insisten, insisten.

El Comandante Mario Roberto Santucho no está. Sepámoslo. Está aquí, porque jamás se fue. Su imagen generosa se incrustó en la historia de los hombres. Su ausencia vertiginosa es una presencia que es una ausencia. Vertiginosa ausencia. Aquí, allá, no sabemos dónde exactamente, pero sentimos que no pudo irse, que se hizo carne en el aire.

El Comandante es entrañablemente nuestro, y es también de mucha gente que no lo conoce y que jamás ha oído hablar de él. Quizás también el Comandante sea secretamente de mucha gente que no comprende pero que quiere y persigue y siente que hay algo que no encaja, algo que está mal.

El Comandante cayó y con él cayó la Argentina y con él cayó el hambre y la miseria y miles de familias obreras y miles de sueños deshechos. Hay algo llamado buen combate. El Comandante cayó combatiendo. Frente a la miserable miseria y la prudente prudencia y el cínico cinismo de los previsibles previsibles, aquí hay una prueba de que el mundo podría ser un lugar para compartir el pan y el sol y el arte en vez de compartir esta calculada desesperación.

Hay un afecto inexplicable que es el de la distancia justa. Repetir hasta la victoria siempre o simplemente presente o adiós Comandante. Yo prefiero nada más imaginar que le digo algo. No sé qué. No importa
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09 junio 2006

Otra mirada sobre los piqueteros (Y dale con el perreté!)

Ya en plan francamente subversivo, este post no lo voy a escribir yo sólo sino que le voy a ceder la palabra a una militante del PRT.

Aquellos que no pertenecen ni se sienten cercanos a ese espacio ideológico denominado genéricamente "izquierda marxista", se preguntan qué es esa nube de pequeños partidos sin diferencias aparentes que viven disputándose un espacio más bien minúsculo.

No faltan quienes sospechan que se trata de una multitud de sellos de goma ocupados en juntar gente – desocupados, piqueteros, descontentos varios – con el único propósito de hacer el mismo negocio que hacen todos los partidos burgueses: ganarse un lugar en el Parlamento, negociar planes sociales, subirlos a un micro y llevarlos a un acto, etc.

Desde aquí tengo que hacer la siguiente afirmación: en la enorme mayoría de los casos es verdad. El sistema tiene pocos enemigos reales.

Pero hay excepciones. No es que el PRT sea hoy precisamente un partido de masas, aunque llegó a tener en muy poco tiempo un caudal militante muy importante hace no más de tres décadas. Lo que sí me importa es destacar ciertos principios y perspectivas que marcan una diferencia.

Debatiendo en el
Foro de los Perros (foro de discusión en el que es posible hallar la palabra de militantes del PRT) se me ocurrió preguntar qué posición tenía este partido actualmente frente a la enorme masa de desocupados cuya proporción hoy es en Argentina (y muchos otros países) mucho mayor que en décadas pasadas, ante un capitalismo que destruye más puestos de trabajo que los que crea. Tuve la idea de plantear si no sería interesante que el Partido tuviera una organización de desocupados, tal como las tienen casi todos hoy (el PO, el MTJD, Barrios de Pie, FTV, etc.).

Por supuesto que mi sugerencia no era que el Partido emulara el negocio clientelar que hacen estas organizaciones sino que intentara sumar a los desocupados que quieren tener una actitud digna, aún sabiendo que mantener la dignidad sin tener qué llevarse a la boca es muy difícil.

No siempre estoy de acuerdo con los planteos del foro, pero esta respuesta que recibí me parece un modelo de claridad, en la que no sólo está totalmente ausente la ramplona demagogia que glorifica la miseria estructural, sino que se la denuncia como madre de actitudes nefastas, se desnudan los negociados que genera y se insiste en que son los trabajadores aquellos que componen el sujeto histórico de la Revolución.

Esta posición no cuenta con la aprobación de casi ningún pensador, político, filósofo, sociólogo o lo que se les ocurra de lo que conocemos hoy como "izquierda", no se encontrará a nadie que no insista en que esto es "antiguo", "superado" y blablabla. Viendo los negocios que se hacen con los desocupados y las "multitudes" en general, es fácil adivinar por qué.

La respuesta se transcribe tal cual, con sus mayúsculas, negritas y bastardillas. Los comentarios entre corchetes y la nota final son míos:

Compañero: el tema da para largo, si se entra en detalles.

Existen pequeñas organizaciones de desocupados que no les quitan "cuotas" a sus participantes ni se quedan con parte del arroz que el estado les asigna. Sin embargo, no dejan de percibir planes ni subsidios del estado para "microemprendimientos", también provistos por el estado que, a cambio y como contraprestación, más tarde o más temprano, hará que se suban a los micros que los transportan a los actos organizados por el kirchnerismo, entre otros.

Cuando una pequeña organización se niega a tal experiencia, es asfixiada con el corte de los planes o con la suspensión de la comida que sostiene comedores, merenderos o grupos familiares. Hay unas pocas que, según parece, no tienen oxígeno y continúan a pulmón, por eso no las verás nombradas en este mail [ver nota 1]. Eso por un lado.

Por otra parte, hay que tener en cuenta las diferencias que existen cuando se habla de desocupados y piqueteros. Una cosa eran aquellos originales desocupados de la época de Menem, como los de Cutralcó, que habían perdido el trabajo y reclamaban por ese trabajo perdido. Otra cosa son los desocupados posteriores, hijos de los anteriores, generaciones enteras educadas en el clientelismo, la exclusión y la falta total de parámetros de valores mínimos tales como disciplina para cumplir una tarea y sostenerla en el tiempo, solidaridad, búsqueda por sus propios medios para salir de la exclusión, comodidad, alcoholismo, drogadicción, etc., etc.

Para apagar el incendio de Diciembre de 2001, Duhalde salió al revoleo de los planes Jefas y Jefes, ejecutando tal "distribución" de planes con la intervención de un tal Héctor Metón [ver nota 2]. Fue entonces cuando "engordaron" organizaciones como Polo Obrero, Castells, Teresa Vive (MST), MTL (vinculado con el PC), CCC, Teresa Rodríguez, FTV, Barrios de Pie, etc., etc. cuyos dirigentes salieron a matarse con el Ministerio de Desarrollo Social por los planes, porque vieron allí la "veta" para "acumular".

La tradicional frase gorila "los arreglan con un pan dulce y una sidra" se hizo realidad con los dichosos planes que, a Duhalde, le sirvieron para apaciguar el clima de inestabilidad social y, a las organizaciones de izquierda, para aumentar una base "popular" que nunca tuvieron.

Esa inestabilidad social del 2002 estaba provocada no sólo por los piqueteros, sino por la pequeña burguesía a quien el "corralito" de Diciembre de 2001 sacó a la calle a quemar bancos, hacer sonar las cacerolas y enfrentar a la policía hasta hacer caer cinco presidentes. Por esa época, se solía cantar una consigna: "piquete y cacerola, la lucha es una sola".

Cuando los bancos comenzaron a devolver los dinerillos, la pequeña burguesía se olvidó de la consigna y de los piqueteros y los dirigentes de éstos se olvidaron de la clase obrera y el proletariado, cortando rutas y puentes, haciéndoles perder premios salariales por llegar tarde, descuentos de minutos en los sueldos por el impedimento de llegar a sus trabajos, etc. Todo un complejo proceso en el cual los piqueteros de las organizaciones "opositoras" lograron transformar la simpatía en odio y desprecio de la clase.

Los planes, por otro lado, una parte son administrados por dirigentes de izquierda y demás yerbas y otros están en manos de intendentes, legisladores y funcionarios de toda laya, con los cuales mantienen cautivos a sus "clientes" desesperados, rehenes del político de turno propietario de los planes. O sea, unos y otros, son miserables.

Esta política, sostenida por TODOS, ha alimentado la actitud clientelar de los desocupados, cuya mayoría, hoy, jamás tuvo ningún trabajo en su vida ni quiere tenerlo, aunque esta frase suene aún más gorila.

Quien te escribe hizo la experiencia que vos proponés, sin sacar un centavo a cambio del esfuerzo por organizarlos y habiendo caído en la trampa del Ministerio de Desarrollo para pedir comida para comedores y merenderos, ya que era la única posibilidad de seguir con la organización, porque si no tenés comida o planes o conseguís subsidios, viene cualquiera, con cualquier política y se monta sobre lo organizado, rompiendo todo tu trabajo a cambio de un bolsón de comida más que el que vos conseguiste. Lo importante para quien invade no es la política, sino "cuántos movés", cuántos subís a los micros o a los trenes o sumás a cualquier acto oficial u "opositor".

En esa época que te cuento, vi por los pasillos del Ministerio de Desarrollo a los dirigentes de todas estas organizaciones que te he nombrado sentarse con Sergio Berni, funcionario carapintada, amigo del presidente quien, desde su "Dirección de Emergencia Crítica", encumbró a Barrios de Pie, FTV y MTD Evita como fuerzas de choque oficiales, dándole puestos en el propio ministerio: dirigentes de Barrios de Pie, tales como el Pelado Ceballos, fueron a parar a una de las direcciones del ministerio y, otros, a puestos en Cancillería y demás dependencias oficiales, hasta en el Ministerio del Interior en la SIDE… Sin contar las lindezas de gente que estaba en el Banco Nación, cuya cúpula (de la mano de la nueva ministra) que ahora está en el Ministerio de Economía, repartía "créditos" para microemprendimientos, créditos de los cuales se les aclaraba, en voz baja y bajo cuerda, a los dirigentes que, si se sumaban al gobierno, podían quedarse con tres de cada diez… Es decir, compraban las organizaciones "hechas". No es un dato menor.

Lo funcional no está en sacar comida del estado. Lo funcional está en haberse colgado de la política del estado, haber desviado el eje de la lucha hacia el asistencialismo, trampa en la que cayeron (no soy una excepción) casi todos; llevar a cabo, desde cualquier sector, la política del estado que es la del gobierno de la burguesía. Porque mientras todo el mundo está ocupado en conseguir comida, planes y llenar planillas para subsidios de microemprendimientos, pierde el eje de la lucha, desvía su atención del sujeto histórico y empeña toda su militancia en la loca carrera de conseguir una máquina de coser, una sobadora para amasar pan o una ladrillera.

La política cambia de esencia y se transforma en la habilidad del pasilleo por los vericuetos del estado: sacar personería jurídica, conseguir el CUIT, cumplimentar todos los requisitos para conseguir tres mangos con cincuenta para fabricar pan en una villa. Y en ese proceso burocrático se desvirtúa lo que es la militancia: así nacieron los "gerentes" de pobres, hombres "laidos y escribidos" que sabían hacer los papelitos oficiales, los gurúes de la "política", los únicos capaces de sentarse ante un funcionario más o menos "amigo". En los pasillos se sacaban chispas los que conseguían tener el celular privado de un funcionario, los que tenían el timbre directo al "dios plan", al "dios comida" o al "dios subsidio"…

Así, vi desfilar a Castells (MIJD), Pitrola (PO), D’Elía (FTV), Chiquito Ardura (CCC), Perdía (PJ-ex Side…), Ceballos (Barrios de Pie) cuando no era nadie, Pérsico (MTD Evita), sólo por nombrar a algunos, negociando con el gobierno de acuerdo con "cuántos movían". La relación de fuerzas era directamente proporcional a la cantidad de planes y de toneladas de comida a granel que conseguían y consiguen... Es más, todos se conocen entre ellos, se saludan alegremente, comparten sus teléfonos celulares en los pasillos y ayer estaban juntos y hoy enfrentados, pero no hay que preocuparse: pueden volver a "acordar" juntarse en cualquier momento.

Y, como si fuera poco, ninguno de ellos labura. Bah, en realidad trabajan de gerentes. Entre ellos se soban el lomo y se justifican diciendo que son militantes "rentados". Eso es una vil mentira. Son vagos a los que les queda más cómodo ir a un ministerio a chupar medias oficiales que buscarse un laburo donde tengan que fichar, producir, lidiar con una patronal y organizar a la clase obrera.

Los desocupados, por su desesperación, aceptan cualquier término, no son como los patrones que, si no laburás, te dan una patada en el traste y te mandan a la luna… Los desocupados te aceptan con cualquier pulga, siempre y cuando les garantices planes y comida.

Por esta razón no comparto tu visión de que los desocupados cambiaron de la cantidad a la calidad, porque no es así. Vos decís que ya no son un sector marginal y creo que estás equivocado: nunca tanto como ahora los desocupados son marginales, excluidos de todo, justamente por no haber hecho nunca la experiencia de trabajar, de tener que ajustar sus horarios a un compromiso, de organizarse sin "iluminados" que les allanen el camino hacia la comida o los planes. Lamentablemente.

En dos sentidos, los desocupados se mueven por cantidad: de arroz, de plata, de chapas, de planes, de subsidios, de tierras o de lo que se te ocurra por una parte y, por la otra, en cantidad de seres humanos alienados, mal alimentados, con pésima salud y sin posibilidades de educación. Todo es cantidad y mala calidad. Son verdaderas excepciones los que se pueden encuadrar en la "calidad" revolucionaria... Conozco sólo a dos compañeros con estas cualidades. Sólo dos en medio de miles. El resto son pequeños burgueses metidos a dirigentes de última hora, desocupados por adopción, con estudios secundarios y hasta universitarios, pero no por ellos, menos lúmpenes [lumpen: palabra alemana utilizada por Marx para definir a los marginales en general].

Esa es la experiencia que conozco y de la cual me salí, impotente para cambiar alguno de sus términos. Absolutamente impotente.

¿No te has preguntado de dónde sacan plata para pagar los micros todas estas organizaciones para ir a un acto, aún cuando sean "opositoras"? Cada micro sale, aproximadamente, para un viaje corto, unos 200 pesos. Y cada vez que los piqueteros hacen una movida te cansás de contar micros alineados en la 9 de Julio. Cientos y cientos de micros… ¿De dónde sacan tanta guita para "mover" gente? ¿Cómo pensás que en este marco descripto, alguien puede organizar a los desocupados sin bolsas de arroz?

Si lo hacés, tenés que "jugar" con alguien o para alguien… Si no tenés bolsas de arroz viene cualquier hijo de vecino, llámese "revolucionario" o intendente, oficialista u opositor, con un camión lleno de yerba y polenta y promesas de planes para quienes no tienen nada y la gente te da la espalda, porque no le interesa la política, le interesa COMER… Tan simple y sencillo como eso. Pero comer sin laburar. Porque cuando querés organizarlos con emprendimientos productivos, alrededor del laburo, faltan o se alcoholizan o se quedan con las máquinas y las venden o se van con alguien que los saquen a "pasear" a un acto de unas horitas, con el cual cumplen por los beneficios obtenidos (planes, bolsones, chapas, tirantes para las casas, etc.). No es agradable describir estas cosas porque suenan mal, pero es la verdad, aunque sea lamentable.

Conozco esto desde adentro y he intentado cambiarlo, también, desde adentro. Sin embargo no fue posible por el marco descripto. Las excepciones que conozco, que no gerentean, en general son organizaciones pequeñas que negocian, SIEMPRE, algo, aunque sea mínimo, con alguien. Por ejemplo, hay algunas que consiguen recursos de la CTA que, a su vez, es la que negocia con el gobierno. Pero cuando la CTA "moviliza", estas pequeñas organizaciones tienen el micro en la puerta… es un precio menor comparado con otros.

Personalmente no estoy de acuerdo con que el Partido Revolucionario de los Trabajadores, que tiene muy claro este tema, se dedique a cambiar el eje de la lucha y con eso poner en tela de juicio quién es el verdadero sujeto histórico de la revolución. No creo que sea una propuesta que quiera poner en práctica, cuando es el UNICO partido que, contra viento y marea, con infinidades de críticas de la izquierda y hasta de otros "perretés" (que no son diferentes a los descriptos en este mensaje porque administran comida, planes y subsidios del estado y hacen política con esos recursos y en este mismo foro han confesado que "nadie se mueve por 150 pesos"..., lo cual me ha dejado claro que ellos también administran planes...) ha sostenido su política construyendo alrededor del único sujeto histórico capaz de cambiar las relaciones de producción, precisamente, PORQUE PRODUCE: el proletariado en general y la clase obrera en particular. Es una propuesta osada, si se quiere, en un marco en el que todos, sin excepciones, han caído en la trampa del estado.

Tampoco estoy de acuerdo con los militantes rentados, aunque ese tema es harina de otro costal y objeto de otra discusión.

La política revolucionaria tiene que volver a ser una vocación, una elección de vida, un ejemplo de vida en donde se entrecruzan todas las actitudes dignas de quienes la sostienen y la llevan a la práctica. Trabajar es parte de la construcción de esa dignidad. No obtener prebendas del estado, también. No especular con el hambre ni vivir a costa de los hambreados, también. Propender a la revolución es ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace.

Desde una óptica materialista, ningún desocupado le mueve un pelo a los patrones, a la burguesía, que sólo se sienten molestos cuando sacan sus coches a la calle y se cruzan con un piquete que les impide cruzar un semáforo. Ahora, si los obreros paran una fábrica, como pasó con los obreros de SMATA hace unos meses atrás, a la burguesía le tiembla el cuerpo (por no decir otra cosa y ser grosera) y sale corriendo a aumentar los sueldos antes de que se pudra todo… En pocos días es posible que veamos más despelotes: en este momento los metalúrgicos están en quite de colaboración porque pretenden más aumento que el aceptado por el gobierno...

Concluyendo: cuando se movilizan los desocupados se produce un hecho policial, pero cuando se moviliza la clase obrera el hecho es político. ¿Quién es, entonces, el sujeto histórico de la revolución, el que merece todo el esfuerzo de un partido revolucionario? Ahora, si los autodenominados "revolucionarios" no pretenden el poder, el tema es otro: se pueden dedicar a los desocupados sin la más mínima autocrítica y sin que les tiemble el pulso.

He escuchado, por ejemplo, que hace unos meses atrás, Altamira del PO sostenía que estaban "actualizando" a Marx, casualmente, para meter con fórceps a los desocupados porque son más y salen a la calle más seguido. Para Altamira es cuestión de número y no de base material, no importan los medios de producción, sino el consabido "cuántos movés".

Pero Altamira no es el único: he participado en reuniones multitudinarias de la CTA en las que, cual adherentes a una secta fundamentalista, sus dirigentes intentaron (¡Y hasta "votaron"!) convencer a los desocupados de que son la clase trabajadora "desocupada" y he visto actos de verdadera dignidad de muchos desocupados retrucándolos y diciendo: "No, yo soy un marginal porque no tengo trabajo y me da vergüenza salir a la calle cuando voy a cobrar el plan". Los "dirigentes" de la CTA tapaban con discursos de pequeño burgueses esa vergüenza que me hizo llorar de tristeza por ese compañero tan avergonzado y, a la vez, por la sordera conciente del dirigente que tenía al frente.

Creo que ya me extendí demasiado, pero el tema me pareció que ameritaba la extensión, dado que, la mayoría mantiene todas estas cuestiones en cómplices secretos, porque hacen "política" desde el mismo lugar, es decir, con los recursos del estado y a costillas de los excluidos.

Esa actitud miserable no la espero de un partido que tiene una historia inmaculada en cuanto a principios, más allá de las autocríticas que no pasan, precisamente, por haberle hecho JAMÁS el juego a la burguesía. El PRT expropiaba para los pobres, no les expropiaba a ellos. No me gustaría que empezara ahora a limpiar con el codo lo que escribió con la mano y selló con su sangre. Será por esto, quizás, que me da mucho asco ver el nombre de Santucho revoleado sin vergüenza. Pero, esta es mi humilde opinión.

Un abrazo fraternal.


Nota 1: entre las muy escasas organizaciones de desocupados que la compañera menciona como intentando mantener una actitud digna está la hoy lamentablemente fragmentada Anibal Verón, a la que pertenecían los compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, asesinados – qué raro – por la policía.

Nota 2: Todos los datos, nombres, etc. corren por cuenta de la compañera, dado que por mi desconocimiento no estoy en condiciones ni de corroborarlo ni de desmentirlo.

Larguito, ¿no? Pero instructivo.

Buenas noches.

10 mayo 2006

El Comba



Con retraso, pero para conmemorar el 1ro. de Mayo, hagámoslo bien.

Para el destino de la clase, fuera del poder todo son eternas promesas, palabras bellas, formas más o menos brutales de hundirse en la miseria. Se les pide paciencia a quienes hoy, ahora, no tienen qué llevarse a la boca.

Y se les seguirá pidiendo paciencia. Toneladas de paciencia. Se les ofrecerá cualquier cosa a cambio: TV, subconsumo, crack, lo que sea.

Cualquiera sabe que más allá de las críticas previsibles (uuuhhhh... este muchacho...) lo que puede esperar una familia trabajadora o excluída es exactamente nada. Lo sé yo, lo sabemos todos.

Pero como a la clase no se le dará jamás el poder de buen grado, entonces hay que dar otra cosa. Hay que dar ilusión. De eso tenemos... uy si tenemos!

Fuera del poder, para los hundidos en la Tierra, todo es ilusión.

A los hacedores de la gesta, al declarado enemigo número 1 el 24 de marzo del '76, a quienes se les echó todo el aparato represivo encima: Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Buenas tardes.

26 marzo 2006

El 24 de marzo

La recuperación de la memoria histórica es importante, pero sería interesante no olvidar que lo es en la medida que sirve para entender la realidad presente. Por eso el Poder se empeña en borrarla, deformarla y torcerla, tanto más cuanto más cercana sea. El poder de los medios de comunicación se aboca a tergiversar el presente, que es también historia.

Pasado un tiempo, digamos 30 años, el Poder nos dejará recuperar retazos de una memoria acerca de hechos convenientemente alejados de hoy, nos dejará establecer ciertas conmemoraciones, dejara caer en la cárcel a algunos de sus torturadores más repugnantes (en el fondo, las clases dominantes no dejan de mirar con cierto asco a un Turco Julián, tanto más cuanto suelen verlo en el espejo), y admitirá que sí, que hubo algo que anduvo mal, repartiremos culpas entre "todos los argentinos" y trataremos de reconciliarnos con la picana eléctrica, o con la mano que la empuñaba, o con la cabeza que la dirigía, o con la empresa de seguridad privada, o con ese político tan atildado que propone "crecimiento".

Entretanto, los que no tienen siguen no teniendo, cada vez menos, para que los que tienen sigan teniendo, cada vez más.

Hagamos un paréntesis para las críticas habituales: "Reduccionismo, simplificación ¿no ves que la realidad es más compleja?" Salir a la calle y ver al pibe que - con eminente sentido práctico - se duerme en la calle justo pegado a la salida de ventilación que da a la cocina de la pizzería: calefacción. Y claro: la realidad es complejísima, está llena de detalles sutiles. Lo que olvidan los amantes de los detalles es la diferencia entre - precisamente - los detalles y lo urgente, lo dramático y lo principal. Los detalles y la complejidad son un excelente refugio para el que quiere que su conciencia se deje de joder. Cerremos el paréntesis.

Hasta esa militante de hierro a quien - honestamente - nadie está en posición de exigirle absolutamente nada y menos yo, cede a los sortilegios de lo simbólico y declara que "ya no hay un enemigo en la Casa Rosada". Como si realmente importara quién está en la famosa Casa Rosada. Como si eso fuera una causa y no lo que es: una mera consecuencia.

De la mano de una coyuntura favorable y un gobierno que hace más de lo que jamás soñamos, Argentina vive otra primaverita. Oscilamos entre sorprendentes primaveras e infiernos sin salida. Nadie se atreve a hacer predicciones porque sabemos en el fondo que nuestro país no es nuestro. Incrédulos y al mismo tiempo ingenuos, vamos tirando.

El 24 de marzo decimos "Nunca Más", en el mismo instante en el que se llevan de los pelos a menores en Las Heras y los torturan en las comisarías. En el mismo momento en el que revientan a golpes a un pibe en una villa.

EL 24 de marzo declaramos - los orgullosos y sufridos habitantes de la clase media - nuestro compromiso con el orden democrático, cuando sabemos perfectamente que hay un orden para nosotros, otro orden para la Villa 31, y otro orden para los dueños de la manija. Nociones como "país" y "ley" son fetiches para las clases medias que se aferran a ellos con desesperación en busca de una normalidad. Los desposeídos y los dueños de todo saben muy bien que son una mentira de la que pueden y deben prescindir.

El 24 de marzo será feriado. Y está bien. Quien quiera ir a la disco que vaya, total... ser un idiota es al mismo tiempo una elección y un destino irrevocable. Y al fin y al cabo ¿a dónde ir? A la disco, a misa, al comité, a la asamblea del barrio, al club o a la cancha. A ver a la Bersuit o a U2 o al Pastor Giménez. Ir a alguna parte a pertenecer y a decir: "yo soy esto".

Pero el 24 de marzo está ahí enseñándonos que no somos nada frente al Poder, que tratamos que nuestros hijos tengan una mejor calefacción que la del pibe durmiendo al lado de la pizzería, que buscamos desesperadamente resquicios para atrapar el mango, que maniobramos dentro del margen que nos dejan, cada vez menor.

Un día el pibe que duerme al lado de la pizzería levantará el puño. Ese puño convocará no a la disco, ni a misa, ni a la asamblea, ni al comité, ni al club, ni a la cancha.

Ese puño es el único que puede aplastar al 24 de marzo, hacerlo reventar de una vez y para siempre.

04 marzo 2006

El Foro Social Mundial y la parálisis



He recibido (gracias Niño Barroco, lejaim) esta interesante nota de Le Monde (le Diplo para los chetos) acerca del Foro Social Mundial.

I - Presentación

Para los que no quieren leer toda la nota: habla del incipiente conflicto que empieza a expresarse en el FSM acerca de la conveniencia o no de generar alguna forma de organización, o al menos agenda temática en el mismo. El crecimiento vertiginoso del FSM lo está convirtiendo en una masa de múltiples debates, pero esto dificulta la toma de decisiones. La nota manifiesta básicamente que existen dos posturas:

a) La de quienes plantean la necesidad de alguna clase de organización o agenda cuyos contenidos estén basados en alguna forma de democracia interna argumentando que el FSM corre el riesgo de devenir un simple encuentro folklórico o en el mejor de los casos un recinto para manifestar buenos deseos, paz y amor para todos.

b) La de quienes abominan de todo esto, esgrimiendo que las experiencias de "centralismo democrático" en el bloque comunista dejan en claro que toda forma de organización atenta contra la horizontalidad, la diversidad y la multiplicidad que enriquecen al FSM. Se alerta contra un peligro de "copamiento" del FSM por alguna organización política que "baje línea".

II - El verdadero problema, según el juicio del gil que escribe esto

Veamos el tono general: creo que se trata de un debate que se repite constantemente. Me parece que se parte del error ideológico de suponer que una toma de partido clara por el proletariado o el socialismo llevará inevitablemente a una burocratización, autoritarismo, bajada de línea o "copamiento".

Si por "copamiento" se entiende que el FSM (o cualquier organización) adopte una línea política clara, entonces yo diría: y... sí, una vez que se adopta una posición clara ante un problema, se adopta también una línea política que "copa" la organización. Este tipo de "copamiento" no es temible, no debería serlo, se trata simplemente de decir: "vamos para allá" o "vamos hacia algún lado", lo que parece causar horror en más de uno.

En verdad, lo que se deja de lado es que el FSM ya está de alguna manera "copado". Lo que en el artículo se expresa como un temor es más bien una triste realidad: el FSM ya es un inofensivo encuentro folklórico sumido en la inacción.

III - Las tendencias y sus orígenes o ¿Qué carajo estamos discutiendo?

Es perfectamente entendible que en una organización política cualquiera haya tendencias, pero las tendencias políticas no vienen de un huevo. Las tendencias expresan intereses, presiones y pujas que provienen de... ¿de dónde pueden provenir? Una organización política está inmersa en la sociedad, y no puede menos que expresar los conflictos de intereses de la misma: los intereses sociales en pugna; de esto no se salva ni el partido más revolucionario.

La opinión pública, los medios, los compromisos de los distintos actores sociales no pueden dejar de expresarse en una organización política de cualquier naturaleza, ni el FSM ni ninguna organización política viven aislados del conflicto social en el que están inmersos, sus pujas internas representan intereses concretos, ninguna idea política es neutral.

Ahora bien, si todas las tendencias se anulan entre sí, si se pretende - bajo el pretexto de una horizontalidad imposible en cualquier organización (ya que el sentido de la palabra "organización" implica diversidad de tareas) - que el FSM no adopte ninguna línea de acción por miedo al "copamiento" entonces objetivamente sí se está adoptando una: la de no hacer nada, la de ser precisamente un encuentro folklórico.

Se trata de aplicar el más elemental sentido común: si en una organización cualquiera existen tendencias, y si esas tendencias expresan posiciones inconciliables, o que tocan aspectos fundantes (qué sistema queremos, qué intereses defendemos y cuáles combatimos) ¿qué hacer para contenerlas dentro de la organización? Lo mejor es simplemente votar y decidir qué hacer. Las bases tienen que mandar.

La alternativa de no tomar decisión alguna (para evitar "copamientos") es en realidad tomar una decisión: quedarse ahí. Pero "quedarse ahí" no es gratis ni neutral si se trata de una organización que pretende cambiar algo.

IV - Dirección + Control Democrático o Las Brillantes Soluciones

La dialéctica dirección/control democrático existe en cualquier organización que se precie de tal. Claro que el control democrático puede fallar (todo puede fallar), pero sin dirección ¿qué control democrático va a haber? Si la organización no decide a dónde va, entonces nos ahorramos el terrible problema de controlarla... ¡brillante solución, fantásticamente horizontal!

Y cuando digo "dirección" no me refiero a Fulano o Mengano en el poder, me refiero a decidir lo elemental: ¿qué hacemos? ¿cuál es nuestra posición frente al conflicto social? ¿qué proponemos? La dirección no tiene otra tarea que cumplir con esos objetivos decididos democráticamente.

V - No propongamos nada = no tendremos problemas

Es muy difícil entender hoy día lo que el FSM propone en muchos temas, pero inevitablemente las tendencias existen: las clases más postergadas reclaman una posición más radical contra el capitalismo y/o alguna forma de socialismo, y los representantes cooptados por el discurso burgués perfieren centrarse en las famosas políticas de género, la ecología, la multicultura, las artesanías pintorescas... en fin: lo folklórico que agrada a las clases medias (que no tiene problemas demasiado urgentes) y que no inquietan al gran capital.

De manera que detrás del debate organizativo lo que se esconde (cada vez menos) es el debate ideológico. Ni bien alguien dentro del FSM dice: "Bueno, che, ¿y si decidimos qué vamos a hacer? No sé... debatamos, votemos, pero comprometámosnos a ir hacia alguna parte" enseguida salta el posmerío a decir: "Horror!! Se viene el stalinismo! Mejor sigamos cada uno en cualquiera y dejemos que las cosas se decidan... nunca ¡Eso es democracia y horizontalidad!"

Resultado: las organizaciones de izquierda ven desvanecerse su perfil, y terminan en variantes del tipo "más de lo mismo". Después nos quejaremos amargamente del Pensamiento Único.

VI - Filosofía de la inacción

Las variantes filosóficas concomitantes con este (no) accionar político son las ya viejas conocidas del posmodernismo y llevan el absurdo al extremo, pero cuadran perfectamente: "La realidad es incognoscible/indecidible/una construcción del discurso".

La "diversidad" es entendida como una homogeinización brutal en la que nada puede decidirse y el más elemental sentido común es puesto en entredicho, no para profundizar ningún análisis sino precisamente para evitarlo. La menor actividad científica o tendiente a asegurar un conocimiento para el hombre son denunciadas como "autoritarismo" y "El proyecto del Iluminismo que nos llevó a Auschwitz". Bostezos generales.

VII - El espantoso Centralismo Democrático

El error ideológico parte de identificar automáticamente centralismo democrático con stalinismo. Es un error inducido por la presión ideológica que la burguesía ejerce sin cesar sobre los movimientos de izquierda para sumirlos en la parálisis (con enorme éxito hasta ahora). El stalinismo no es fruto del centralismo democrático sino del triunfo del socialismo en un estado atrasado y aislado. El temido centralismo democrático fue precisamente la primera víctima del stalinismo.

El centralismo democrático no es más que la democracia aplicada al partido de la clase obrera. Incluso la elemental democracia liberal implica un centralismo democrático: se vota un gobierno que luego todos acatan, y se suman mecanismos de control, pero nadie abomina de la dirección como si fuera un horror. No se termina de explicar por qué razón la existencia de una dirección se acepta como una bendición cuando es la burguesía la clase dominante y es el demonio cuando se trata de una organización de izquierda.

La diferencia es simplemente el carácter de clase del partido o la organización ¿A quién representa? ¿Qué interés defiende?. A la hora de decidir la posición que toma frente al capitalismo, frente a qué sistema se quiere, entonces ya se empieza a hablar de intereses de clase, y la puja de estos intereses es lo que hoy agita a las organizaciones como el FSM bajo el cuco del horror a tomar decisiones.

VIII - ¿Intereses de clase dijo?

Si, ya sé: ilusiones. Mejor sigamos viendo a Tinelli y esperemos que las cosas se arreglen. Solas.

14 febrero 2006

Programas económicos en TV: todos con la misma camiseta.


I – Siempre igual

Prender la tele y ponerse a ver programas de análisis económico es fascinante. Desde hace quince años se dice lo mismo, (lo mismo, lo mismo, lo mismo, lo mismo) de la misma manera como si se tratara del descubrimiento de la piedra filosofal. Y esto no es casual.

Un conductor y un economistejo invitado se afanan por coincidir en diagnósticos, previsiones y consejos. Se diferencian en prácticamente nada, las preguntas y las respuestas están más que evidentemente pautadas y pactadas. La pose es de invariable suficiencia: ojos entrecerrados, voces cancheras, y cabezas que al afirmar se sacuden de un lado a otro como quien explica al espectador lo evidente ¿El contenido? razonamientos que son un insulto a la inteligencia media.

Aclaremos que quien escribe esto no es un experto en economía ni mucho menos, es un simple tipo que intenta conservar un mínimo de sentido común.

II – El Juego de las Tarifas Públicas o Adivine Quién Pierde

Veamos el contenido: madrugada del martes 14/02/06, tres y pico de la matina, canal 14. Ni idea del nombre del programa, pero no importa ya que son siempre iguales: el ineluctable conductor y el no menos ineluctable "experto" departen acerca de las expectativas inflacionarias para la Argentina. Se termina hablando, claro, de las tarifas de servicios, y el ínclito capo de la city porteña dice algo así, prestemos atención por favor:

"…hay acuerdo para congelar las tarifas, pero esto tampoco es demasiado conveniente, ya que si no suben en el 2006, en el 2007 tampoco podrán subir ya que hay elecciones, con lo cual en el 2008 el aumento será explosivo…"

Guardemos por favor un respetuoso silencio frente a semejante alarde de superior intelecto ¿esto es un economista? Pregunto nomás. Porque José Ciudadano Medio podría preguntar: "Y dígame doctor, Ud. que la tiene clarísima, ¿me podría explicar por qué catzo las tarifas tienen que subir sí o sí?"

Digo, no estaría de más dar una explicación. Una posible (si quiere le facilito una, doctor) sería que el alza inflacionaria encareció los costos reales, y esto exigiría una puesta al día. Sonaría razonable, pero aquí cabría preguntar entonces qué pasó durante tantos años de inflación cero en los cuales las tarifas subieron igual. O cuál es la verdadera alza de costos que sufrirían las empresas del sector… en fin, un debate interesante y mucho, ya que toca nuestro bolsillo ¿no?

No. Nada de eso. Justamente estos programas (que sufrimos en variadas modalidades desde hace décadas) se basan en que hay principios ya establecidos que no se tocan, son Sagrados, Inamovibles, Fundantes. Religión pura, bah. El Gran Capital Nunca Pierde, Tu Sí, Apréndelo Oh Gil de Goma, podría ser una de sus leyes bíblicas.

III – El Satánico Dr. Déficit

Otra incansable gansada es el omnipresente Déficit Fiscal, La Bestia Negra, la Bruja Mala de los economistas del sistema. ¿Qué cosa es el famoso déficit fiscal? De una forma muy somera se puede decir que es la diferencia entre lo que el estado recauda y lo que gasta. Las cuentas del estado – como las de cualquier empresa – registran entradas y salidas, y el resultado neto es el famoso déficit (que podría ser cero, o negativo, en cuyo caso sería superávit).

Siguiendo el gastadísimo libreto mil veces repetido, el personajillo invitado explicó que la inflación era tolerable por el momento, pero que el estado tenía que… ajustarse a la ortodoxia económica para bajar el déficit fiscal por medio de un achique del gasto público. ¿A alguno le suena? ¡Claro amigos! Es lo que venimos oyendo desde lo que parecieran ser siglos, y lo que desembocó en Mendes, Dominguito Cavallo y Cía.

Y la realidad es que se trata de una muestra de ignorancia económica que a cualquier habitante más o menos informado del Primer Mundo le haría caer la mandíbula al suelo.

El déficit fiscal no sirve para medir la sanidad de la economía de un país. Baste decir que Japón tiene un déficit fiscal alto (alrededor del 7%), al igual que EEUU y la UE (alrededor del 5%).

¿Por qué ocurre esto? Porque el estado no es una empresa, su objetivo no es ganar dinero. Si el estado invierte en educación, salud, infraestructura productiva, entonces su economía es atractiva aunque tenga altas tasas de déficit fiscal, porque dichas inversiones pueden considerarse activos tangibles o intangibles de la misma.

Cuando estos pedantes difusores de ignorancia hablan de déficit fiscal, lo que quieren decir es que el estado no debe jamás promover el bienestar de la población. Por supuesto: jamás se discuten los subsidios a empresas, la quita de aportes patronales o retenciones a la actividad agropecuaria, la compensación a los bancos, la regresividad de la estructura impositiva o la gran evasión fiscal, no no no no no no, esto (que es dinero que el estado objetivamente pierde) jamás de los jamases es criticado como fuente de pérdidas para el estado. La cosa es siempre "achicar" el "gasto".

Tampoco se menciona la deuda externa como fuente de dicho déficit. El estado argentino destina un superávit fiscal de un 3% al pago de la misma (compárese con el alegre déficit de los países desarrollados). No hace falta un cerebro privilegiado para entender que así no hay inversión interna posible.

IV - Oiga, déjese de gastar, ¿quiere?

Veamos otro botoncito de muestra: el aburridísimo cara de piedra nos ilustra con que:

"… los salarios pueden subir pero dentro de un límite, puesto que una suba excesiva aumentaría la demanda y esto provocaría una presión inflacionaria".

Todavía no puedo creer que un tipo que se dice economista insista con esto. Es ridículo. Y sin embargo mucha gente asiente y lo da por hecho.

Claro, si se fabrica dinero con una maquinita y se usa para pagar salarios, es como pagar con moneda falsa: pronto la mayor demanda depreciará el dinero en el bolsillo del trabajador. Eso lo entiende cualquier escolar, no expliquemos más lo evidente. La pregunta que todos estamos esperando, que todos queremos ver respondida es por qué joraca no puede subir genuinamente el poder adquisitivo de los salarios. Entremos en ese debate de una buena vez.

Y para empezarlo no estaría mal señalar que en cuestiones de alimentos – y más allá de que es una vergüenza que en zonas y estratos sociales del norte argentino no pueda comerse carne – el debate con los productores agropecuarios (estos parásitos que jamás han hecho la menor reinversión y han vivido de eternas rentas merecen un post aparte) es simple: quieren ganar en el mercado interno lo mismo que en el externo. Y eso sencillamente no puede ser. Argentina tiene recursos alimentarios suficientes para abastecer su mercado interno, así que ahí hay un buen ejemplo de insumos básicos que no tienen porqué sufrir la menor presión inflacionaria en caso de aumento de salarios. ¿De qué aumento de la demanda hablan si todo el mundo sabe que hoy hasta el argentino medio cuenta sus monedas? Lo único que podría llegar a sufrir presiones alcistas sería el precio de los mp3 players.

Pero todo esto jamás se discute. Nos quedamos en el círculo vicioso: no se puede aumentar esto porque aumenta lo otro. Si no se aumenta hoy, entonces deberá aumentar mañana, y así eternamente.

V – ¿Y por qué?

Eso, ¿por qué? ¿Por qué tenemos estos programas que una y otra vez repiten lo mismo hasta instalar en la opinión pública esta sensación de callejón sin salida?

La pregunta contiene en sí misma buena parte de la respuesta.

A alguien seguramente le interesa instalar este discurso. La economía es una ciencia que toca intereses fuertes. Por algo se creó la escuela de economistas de Chicago de la que salió Joe Martínez de Hoz, Milton Friedman y otros genios a los que tanto debemos.

Y por algo cuando alguien dice "analista económico" nos viene siempre la imagen de algún yuppie mersa surgido de lo más inescrupuloso de la city porteña.

Recordemos que este discurso, bombardeado hasta el hartazgo por figuras prominentes (el repulsivo Bernie, el hipócrita Grondonita, et altri) nos llevó a donde ya sabemos demasiado bien. No lo aceptemos, preguntemos, volvamos a preguntar. Si alguien tiene hambre en el país de las vacas, entonces es que algo anda muy mal.

A no rendirse. Y como decía el inolvidable Tato antes de desearnos Good Show: atenta la neurona.

06 febrero 2006

Cooperativa Cristal Avellaneda: botón de muestra

I - ¿Alguien sabe lo que significa "industria nacional"?

Recordar el pasado es importante, pero más aún lo es recordar el presente.

Muchos se acordarán de los platos y vasos Durax, y la famosa propaganda que los definía como para "toda la vida". Durax fue un producto estrella de la fábrica Cristalux, una de las que aún formaban la industria nacional en las décadas del '70, '80 y parte de los '90. Cristalux fabricaba artículos de vidrio: vasos, platos, bols, etc.

¿Qué pasó con esa industria nacional? El destino de Cristalux puede ilustrarlo con plenitud. Como sabemos (y vivimos en carne propia) el capitalismo privilegia la ganancia. Según la escuelita clásica del liberalismo el afán de lucro moverá al capitalista a la inversión, la inversión creará puestos de trabajo, y los puestos de trabajo nos harán felices a todos. No se rían por favor, estoy leyendo un libreto que no es mío.

El problema aparece cuando no es la inversión (o mejor: no la inversión productiva) la que genera ganancia. Con la famosa paridad monetaria que nos convirtió en un maravilloso país del primer mundo (1 peso = 1 dólar) el costo de mano de obra resultó demasiado caro, en otras palabras: ¿para qué pagar salarios a valor dólar cuando es más fácil importar? Fue cuando aparecieron los famosos "Todo por 2 pesos", y cuando las pocas industrias que quedaban en el país empezaron a valer más muertas que vivas.

II - Vaciame que me gusta

Cristalux llegó a emplear a 1.500 trabajadores. Pero en el 2000 sufrió quiebra, y cerró en el 2001 ¿El motivo? nadie lo explicó oficialmente pero ni falta que hace: ante el cambio de condiciones económicas el capitalista ve otro negocio más rentable, y decide reinvertir el dinero - que sustrajo plusvalía mediante a los trabajadores - en emprendimientos más atractivos generalmente fuera de la Argentina. La fábrica empieza a ser un estorbo.

Cristalux no quebró por condiciones económicas objetivas (incluso la devaluación hizo al vidrio más competitivo frente al plástico) sino por un proceso premeditado de vaciamiento y destrucción. Muestra de los nada originales métodos de vaciamiento es la creación de una empresa fantasma para acumular las ganancias y dejar exclusivamente deudas: sencillo y efectivo. Cualquiera que camine por el sector industrial de Avellaneda verá un cementerio de fábricas que atestigua casos similares.

Pero los trabajadores recuperaron la fábrica que hoy se llama Cooperativa Cristal Avellaneda. Tuvieron que luchar lo indecible, primero las trabas judiciales y luego el vaciamiento físico de la fábrica, todo fue desmantelado y saqueado: cables, matricería, stock, moldes; lo que no se pudo sustraer fue destruído e inutilizado.

III - Aguante es... esto

Un puñado de obreros perseveró: montaron una carpa para detener el saqueo y salvar lo mínimo, pelearon para lograr la autorización de entrar, barrieron y limpiaron, desmontaron los hornos existentes ladrillo por ladrillo para montar uno nuevo (los hornos de fundición originales fueron expresamente dañados para dejarlos inutilizables), vendieron lo poco que pudieron encontrar para capitalizar la fábrica (escombros, cartones, chatarra... casi cirujeo), laburaron sin luz desde la mañana a la noche, y algunos incluso sábados y domingos.

Continuaron fabricando hornos y reinvirtiendo el total de la ganancia en la fuente de trabajo, lograron hacer saltar la producción a más del doble gracias a la reautomatización de la planta (un esfuerzo técnico notable conseguido a partir de casi nada). Hasta enfrentaron sabotaje e intentos de soborno.

Hoy Cooperativa Cristal Avellaneda da trabajo a 170 personas fabricando platos, vasos, artículos de regalería e incluso han logrado revivir el proceso especial de producción Durax (sugiero prestar atención a las declaraciones que hacen los trabajadores respecto de la marca, en la nota linkeada al final de este post, compárese con el standard ético comercial al que estamos acostumbrados).

Este caso es uno entre muchos: Zanón, Brukman, Metalúrgica La Baskonia, etc. ¿Por qué le dedico un post? Porque tiene que ver con vos, y conmigo, y con todos.

IV - La acumulación capitalista y el desastre

Si tuviera que responder a la pregunta "¿Por qué sos marxista?" respondería con esta otra pregunta: ¿qué modelo de gestión de la producción demuestra más eficiencia, previsibilidad y compromiso con el bienestar humano? Cualquiera puede comparar Cristal Avellaneda con una corporación capitalista y notar que es mucho más precaria, pero ¿desde dónde se levantó? ¿no ha demostrado la gestión obrera ser mucho más lógica? ¿quién dice que el capital no puede ser gestionado por los propios trabajadores? ¿cómo pretende erigirse una economía nacional (y mundial) en beneficio de todos sobre la base de la acumulación capitalista?

La acumulación capitalista no tiene más objeto que sí misma, se asegura por cualquier medio y de cualquier forma. Esto es así y lo vemos todos los días por más que los charlatanes economistas del sistema inventen eternas fórmulas, los charlatanes políticos burgueses insistan en vender lo invendible, los charlatanes intelectuales progres divaguen gansadas y los charlatanes moralistas quieran inventar el capitalismo buenito.

El capitalismo nos hace vivir en un mundo en el cual el futuro prácticamente no existe: la descomposición social, la imprevisibilidad de los movimientos de capital, el saqueo sin medida de los recursos y la transformación de toda legislación y control democrático en papel mojado. Cualquiera que viva en la Argentina lo sabe: nadie está 100% a salvo de la miseria, porque este orden no garantiza nada a nadie, sólo obliga a acumular con el doble propósito de alcanzar la riqueza y gambetear la pobreza ¿Quién de los que lee esto no vive angustiado ante el futuro propio y/o de sus hijos?

V - Ajá, ¿y entonces?

La única clase que sigue siendo la esperanza de la humanidad es la que hace todo aquello que nos rodea: la casa, el auto, la computadora con la que escribo y el monitor en el que estás leyendo, la silla sobre la que estamos sentados y el techo que nos cubre. El modelo de sociedad que necesitamos es aquel en el que todas las instancias del proceso de producción de bienes (inversión, "know how", organización y métodos, trabajo manual) estén democratizadas al máximo, y eso sólo es posible si son los trabajadores los que detentan el poder político. Cooperativa Cristal Avellaneda es un ejemplo.

El poder político no pertenece a un presidente, ni a un parlamento, ni siquiera a un dictador. El poder pertenece a una clase, y mientras no llegue a las manos de quienes trabajan, no cambiará nuestro futuro. No importa cuánto declamen los profetas del paraíso posmo (y de todos los paraísos), alguna vez habrá que tomarse la realidad en serio.

Cooperativa Cristal Avellaneda: Avenida Hipólito Yrigoyen 2008, Avellaneda, 4228-0059/0060, cristalavellaneda@yahoo.com.ar.

¡Acérquense y cómprense algo! Se esté de acuerdo o no con mi punto de vista, ellos lo merecen.

Una excelente nota que salió en Página/12 (esta sí es buena) cuenta por boca de los protagonistas lo que tuvieron que pelear y lo que hoy son capaces de hacer.